La pizarra es una roca que se originó a partir de sedimentos arcillosos, generalmente sílico-aluminosos; compuesta de minerales arcillosos, serecita, itita, clorita, moscovita sedimentaria, feldespato, calcita, pirita y sustancias carbonosas. Su coloración natural depende de las variables de composición, pudiendo ser desde gris hasta negro, obteniéndose también en coloración verde, vino y multicolor. Ciertamente, no hace falta mucho esfuerzo para la justificación estética de la pizarra; su funcionalidad está fuera de cualquier duda, avalada por su amplia utilización en el tiempo.

Se fabrican en diferentes formatos y medidas que se adecuan según el tipo de recubrimiento a realizar.

La aplicación de las pizarras en suelos de todo tipo la convierte en uno de los elementos decisivos para determinar la estética de los grandes espacios urbanos, edificios públicos, centros comerciales, edificaciones privadas, contribuyendo a crear un estilo propio y diferenciado del entorno.

Surge así una nueva filosofía en el espacio, la belleza. La búsqueda de lo desconocido. El placer de descubrir nuevas texturas y sentir nuevas experiencias: verde, marrones, gris-verdes, negros, multicolor. Colores generados por la naturaleza en procesos naturales de oxidación que otorgan abstracción de tonos a cada pieza, la exclusividad de cada elemento que forma parte de un conjunto estético inimitable.